México lindo y que(he)rido (Ahora y en la hora de nuestra muerte…)

Altar de muertos dedicado a Cantinflas. Museo Ramón Gaya (Murcia, España). 01/11/2014

Altar de muertos dedicado a Cantinflas. Museo Ramón Gaya (Murcia). 01/11/2014 Fotografía: Manuel Madrid

México es un país de tradiciones misteriosas, y hoy, 2 de noviembre, es el Día de los Muertos, una jornada dedicada a honrar a los que una vez estuvieron vivos y que hoy son pura calavera, puro recuerdo. La muerte para los mexicanos no es el final de nada, sino el inicio de un nuevo ciclo. La rueda de la vida gira, y la muerte es un paso más. Tras la luna vendrá el sol. La oscuridad dejará paso a la claridad. La muerte será también vida eterna… En los altares de difuntos encontramos fotografías de aquel ser amado que nos dejó plantados un día, y elementos indesligables de la gastronomía mexicana, como el maíz y el fríjol, botellas de tequila y cerveza, refrescos, panes, objetos de cerámica y las curiosas «catrinas», mujeres de la alta sociedad, que emulan al personaje de Catrina del Monumento a la Revolución, obra del grabador y caricaturista José Guadalupe Posada.

Cartel de una exposición en Chicago dedicada a Posada y su personaje de Catrina

Cartel de una exposición en Chicago dedicada a Posada y su personaje de Catrina

En este día muchos mexicanos se disfrazan de «catrinas», y ayer en el Catrina Fest se batió un Récord Guinness en la Delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, con 509 personas caracterizadas a la manera de la Catrina original, con dibujo de corazón, telaraña o flor en la frente y barbilla, vestido de gala, sombrero de ala ancha, y estola de plumas. Para los mexicanos es una burla hacia las élites, pues en el fondo, lo sabemos, la muerte nos hermana, y, ricos o pobres, al morir todos vamos a ser iguales. Esta tradición no tiene nada que ver con una burla a la muerte, pues todos lloramos cuando nos pega, pero sí es una manera de reafirmar una tétrica tradición y preservarla, generación tras generación. El Nobel de Literatura Octavio Paz captó perfectamente el alma de su pueblo, y en ‘Amarás América (Viaje a las intimidades de México, Brasil y Bolivia)’ recuerdo una de sus reflexiones, que pueden releer en el ensayo ‘Máscaras mexicanas’, dentro de la colección ‘El peregrino en su patria’. Decía así:

«(…) Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. Tan celoso de su intimidad como de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de esas almas cargadas de electricidad. Atraviesa la vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras (…)»

Altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia, realizado por mexicanos residentes en Murcia. A izquierda y derecha, obras del genial pintor murciano que se exilió a México en 1939, al poco de acabar la Guerra Civil española. 01/11/2014

Altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia, realizado por mexicanos residentes en Murcia. A izquierda y derecha, obras del genial pintor murciano que se exilió a México en 1939, al poco de acabar la Guerra Civil española. 01/11/2014

En esta entrada aprovecho para felicitar a todos los mexicanos por perpetuar esta tradición de venerar a sus muertos, con esa maravillosa creatividad con la que acostumbran a sorprendernos. Y quería citar que en el Museo Ramón Gaya de Murcia, donde se recuerda la obra y la vida de nuestro pintor, cuya relación con México se remonta a 1939, cuando llegó al puerto de Veracruz como uno de tantos «intelectuales de fuste» que acogió México tras la Guerra Civil española, todos los años se rememora esta tradición de los altares de muertos. En esta ocasión, los residentes mexicanos en Murcia han recordado la figura del actor Mario Moreno ‘Cantinflas’ (Ciudad de México, 1911-1993), quien elevó a categoría de verbo hablar «de forma disparatada e incongruente sin decir nada», como dice la Real Academia Española de la Lengua del verbo cantinflear. ‘Cantinflas’, «el mejor cómico del mundo», según Chaplin, tuvo la virtud de hacer reír con su palabreo sin sentido en actuaciones imborrables en películas como ‘Gran Hotel’ (1944), ‘Un día con el diablo’ (1945), ‘El señor fotógrafo’ (1952), ‘La vuelta al mundo en 80 días’ (1956), ‘El analfabeto’ (1961), ‘El padrecito’ (1964), ‘Su excelencia’ (1967) y ‘Si yo fuera diputado’ (1951), donde daba vida al histriónico barbero Sevilla que practicaba el ondulado a las señoras, que cambiaba toallas cada tres clientes y tenía champú para los greñudos y boinas para calvos como el pobre Remigio, al que casi degüella desencañonándole la barba con una navajita de afeitar.

Autores del altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia. 01/11/2014

Autores del altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia (España). 01/11/2014

Felicitaciones al Museo Ramón Gaya por este bonito tributo a uno de los artistas mexicanos más universales, y a sus autores, miembros de la comunidad mexicana en Murcia, por ligar su cultura a la nuestra, y por mostrarnos todo lo rico y todo lo bueno que ofrece México, un país de miedo. Versionando la canción, México, lindo y que(he)rido…

Manuel Madrid                                                                                                                      2 de noviembre de 2014