¡Una alegría inmensa! El Club de Lectura de la Biblioteca Pública de Puente Tocinos selecciona ‘Amarás América’ como lectura de verano

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Ejemplar de 'Amarás América' en la exposición de obras recomendadas de autores murcianos en la librería Educania de la calle Sociedad, Murcia.

Ejemplar de ‘Amarás América’ en la exposición de obras recomendadas de autores murcianos en la librería Educania de la calle Sociedad, Murcia.

Con alegría hemos recibido la noticia de que el Club de Lectura de la Biblioteca Pública de Puente Tocinos (Murcia) ha seleccionado ‘Amarás América’ como lectura de verano. Deseo expresar mis felicitaciones al equipo de coordinación por esta decisión, y confío en que este libro resulte para todos los nuevos lectores una aventura inolvidable. Por supuesto que ya me he comprometido a asistir en otoño a un encuentro con los miembros del Club de Lectura para intercambiar opiniones sobre los tres relatos periodísticos que componen esta trilogía de viajes al corazón de América Latina: ‘El abismo chilango’, sobre la labor titánica de organizaciones civiles como Dinamismo Juvenil para invertir la realidad de los arrabales de la Ciudad de México como La Pastora y que sus habitantes puedan vivir en paz y con igualdad; ‘La curva de los pirilampos’, la historia de siete mujeres vinculadas al Instituto IDEAIS que luchan por ilusionar a las nuevas generaciones consumidas por la droga en el estado de Río de Janeiro, y ‘El beso de la Pachamama’, una incursión en la Bolivia indígena, donde instituciones como la Fundación Machaqa Amawt’a están trabajando de forma denodada para la recuperación y fortalecimiento de los saberes de los pueblos originarios. Tres países unidos por la esperanza y el amor, frente a los que se empeñan en perpetuar en ellos la división, la violencia y el dolor.

‘Amarás América’ forma parte de un proyecto de Educación para la Comunicación que deseamos que crezca en el tiempo, que se amplíe a nuevas geografías y ojalá que en un futuro esa ilusión por el periodismo y por la paz y la igualdad nos lleven a otros lugares donde la realidad tropieza con la incomprensión, el abuso y la violencia ejercida desde todas las formas posibles. Ansiamos que este proyecto, gracias a todos, no muera nunca.

Manuel Madrid 07 /07/2015

Presentación en Madrid de ‘Amarás América’: 6 de mayo, a las 19 horas, en el Instituto Cultural de México en España

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Mural 'La revolución contra la dictadura porfiriana', de David Alfaro Siqueiros. Realizado entre 1957 y 1966, se encuentra en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec en la Sala Siqueiros. México DF.

Mural ‘La revolución contra la dictadura porfiriana’, de David Alfaro Siqueiros. Realizado entre 1957 y 1966, se encuentra en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec en la Sala Siqueiros. México DF.

El próximo miércoles, 6 de mayo, a las 19 horas, os esperamos en el Instituto Cultural de México en España, en Madrid (Carrera de San Jerónimo, 46), junto a la Embajada de México y enfrente del Congreso de los Diputados. La historiadora Mirta Núñez Díaz-Balart, profesora de Historia de la Comunicación Social de la Universidad Complutense, presentará el libro ‘Amarás América’ (Viaje a las intimidades de México, Brasil y Bolivia), del periodista Manuel Madrid, que recordará algunos de los pasajes más interesantes de su estancia como voluntario en ONG de los tres países y relatará su experiencia como reportero social e impulsor de este proyecto de educación para la comunicación.

'Amarás América' en las calles de Madrid. En la imagen, frente al Palacio de Bellas Artes.

‘Amarás América’ en las calles de Madrid. En la imagen, frente al Círculo de Bellas Artes.

Os esperamos a todos en Madrid… Será una noche muy emotiva y os invitamos a participar. Intentaremos trasladaros, aunque sea imaginariamente, al corazón de una América de carne y hueso que levita con sus mitos y cuya historia discurre paralela a la nuestra. ‘Amarás América’ tenía que ser el libro que a mí me hubiera gustado leer antes de subir a los cerros de la capital mexicana, antes de recalar en esos lugares de incendios y placeres de Río de Janeiro, antes de penetrar en los avisperos de Bolivia… En esas colonias del DF donde lo anormal era llevar una vida normal, lugares proscritos para excursionistas, encontré que hasta los enemigos pueden ser abrazos como amigos… En Brasil, una síntesis de la humanidad entera, conocí ciudades donde acampa el desánimo, la crisis y el vicio, y donde la verdadera mina de oro está entre la gente; ilusionarles fue lo más costoso. En Bolivia me emocioné con tantos corazones de odio en esos territorios rebeldes donde los machaqueños, hartos de tanta discriminación, de impuestos abusivos, se comieron los sesos del corregidor. Muchos miedos sanan viajando, y yo era un periodista miedoso. De hecho, pensé subtitular ‘Amarás América’ como ‘Crónicas de un reportero asustado’…

La memoria es un interminable laberinto al que se abocan miles de recuerdos, y seleccionarlos, organizarlos y plantear una propuesta coherente es siempre lo más difícil. Ojalá te sumes… y te dejes enamorar por México, Brasil y Bolivia. Amarás América…

Manuel Madrid 29/04/2015

Flamencos y pajaritos en el Casino

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Manuel Madrid y Consuelo Mengual con su hermana y su madre, lectoras de 'Amarás América' a las que agradezco también el apoyo. Foto: Azucena Madrid García

Manuel Madrid y Consuelo Mengual con su hermana y su madre, lectoras de ‘Amarás América’ a las que agradezco también el apoyo. Foto: Azucena Madrid García

Me gustaría dar las gracias a los compañeros periodistas de El Pajarito (www.elpajarito.es) por la reseña del encuentro que realicé con lectores de ‘Amarás América’ en el Real Casino de Murcia. Gracias por el seguimiento, y por el apoyo desde las redes sociales al libro. De veras que os lo agradezco. Aquí podéis pinchar para leer el enlace de la noticia publicada: http://elpajarito.es/cultura/91-literatura/10740-manuel-madrid-comparte-amaras-america-con-los-clubes-de-lectura-del-casino.html Murcia 20/12/2014

Paulino Esteban, el compañero andino de Thor Heyerdahl y Kitín Muñoz

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Una de las historias más fascinantes que aparecen en ‘Amarás América’ es la de los constructores de totora del lago Titicaca. La familia Esteban es una institución en Bolivia, y así cuento en ‘El beso de la Pachamama’ cómo fue nuestro encuentro con ellos en su aldea de Huatajuata, volviendo de una jornada de fraternidad en Copacabana con nuestros anfitriones aimaras, entrando la noche, con los ojos abiertos ante el asombro:

Manuel Madrid, Fanny y la pequeña Raissa, Teo Riquelme, Paulino Esteban, Gloria Nicolás, María Acho y la hermana Luz, en la casa de la familia Esteban en Huatajuata, en la orilla del Lago Titicaca. Bolivia, 2008.

Manuel Madrid, Fanny y la pequeña Raissa, Teo Riquelme, Paulino Esteban, Gloria Nicolás, María Acho y la hermana Luz, en la casa de la familia Esteban en Huatajuata, en la orilla del Lago Titicaca. Bolivia, 2008.

«(…) Para los bolivianos, el Titicaca era una de las maravillas del mundo, un símbolo universal que preservaban como el más preciado piélago. En realidad, era lo más parecido que tenía Bolivia a un mar, sobre todo después de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico (1879-1884). Aquel conflicto por los impuestos al comercio del salitre en la zona tuvo un final inesperado para Bolivia. Chile se hizo con la provincia boliviana de Litoral y extendió su soberanía hacia el norte hasta la frontera con Perú, de modo que Bolivia perdió su única salida al océano. Aquella vergonzosa derrota condicionó el progreso de todo un  país y minó el orgullo de los bolivianos, que aún reivindicaban su derecho a recuperar los privilegios marítimos con lemas callejeros como «¡Bolivia nació con mar, carajo!». En el Tratado de Paz firmado en 1904 se hizo constar el derecho de Bolivia a utilizar libre de impuestos el puerto chileno de Arica y parecía que prosperaban las negociaciones para hacer uso de los puertos de Iquique y Mejillones y que los bolivianos pudieran exportar a mercados asiáticos emergentes.

En la lontananza las únicas sombras que localizamos eran las de unos ermitaños eucaliptos, árboles centenarios que, según los originarios, habrían sido plantados en terrenos donde hubo haciendas en tiempos de la Colonia. Íbamos dejando atrás pueblos enteros de pescadores y uno nos llamó la atención: Huatajata. Allí encontramos a Paulino y Fermín Esteban, maestros constructores de balsas de totora, que habían convertido su taller en un singular museo. Paulino y Fermín, padre e hijo, eran íntimos amigos del aventurero español Kitín Muñoz (Sidi Ifni, 1958), quien confió en ellos para construir la embarcación de su primera expedición, bautizada ‘Uru’ (1988), con la que pretendía cruzar el Pacífico para demostrar que los juncos eran un material suficiente para atravesar mares y océanos tal y como, presumiblemente, habían logrado otras civilizaciones anteriores a la llegada de los españoles a las indias. Una gran balsa daba la bienvenida a una modesta casa de labor repleta de artesanías confeccionadas con esta anea que crece en el mismo lago. Había de todo: cestería, barcos en miniatura, anillos, sombreros y hasta barracas flotantes construidas por los Esteban, que eran junto a los Limachi las dos estirpes de artesanos más célebres del Titicaca. Fermín nos desveló que Kitín llegó a Huatajata en 1987, un año antes de intentar su primera hazaña transoceánica. «Primero me conoció a mí y luego a mi padre y se ha hecho famoso por las balsas nuestras», contaba orgulloso este artesano que había fabricado con sus manos naves de hasta 30 metros de eslora, siete de ancho y cuatro de alto y un peso de 80 toneladas, auténticas carabelas de mimbre equipadas con mástiles, castilletes, cabañas, velas, timones, cocinas y barandas. Verdaderas joyas para la navegación que a los Esteban les gustaba rematar con cabezas con forma de puma, de hombre pájaro o de dragón. «Yo ya he participado en ocho expediciones en distintos países y he estado seis veces en España. Kitín me llevó a su casa, conozco a su familia y nos llamó hace poco tiempo para decirnos que su madre Isabel se le había muerto. Es un hermano».

Fermín Esteban

Fermín Esteban. 2008

Fermín tenía una memoria prodigiosa, aunque costaba sonsacarle sus grandes conquistas mientras nos mostraba toda clase de bateles de totora en miniatura que emulaban a las míticas naves que les habían proporcionado fama internacional. La expedición ‘Uru’ zarpó del puerto del Callao, en Perú, en 1988 y completó en cinco meses su viaje oceánico hasta atracar en la isla de Tahití, en la Polinesia. Para ellos fue una prueba fidedigna de que sus antepasados pudieron navegar alrededor del mundo transformando aquella plantita del lago sagrado en gigantes capaces de salir indemnes de una tempestad. Pero los Esteban ya eran harto conocidos antes de que llegara Kitín Muñoz. En 1970, Paulino Esteban y los hermanos José, Juan y Demetrio Limachi habían conocido al explorador noruego Thor Heyerdahl, para quien armaron con papiros de Egipto la mítica ‘Ra II’, que cruzó el Atlántico desde Marruecos hasta las islas Barbados en 57 días con ocho tripulantes a bordo. Y en 1977, también con Heyerdahl, se aventuraron en Irak por el Tigris intentando llegar al Índico con una balsa hecha con hoja berdi del río que alumbró la civilización mesopotámica, aunque tras cinco meses de navegación fue quemada en señal de protesta por la guerra entre Irán e Irak. Después de la expedición ‘Uru’, los Esteban colaboraron con Kitín Muñoz en otras tres travesías: las expediciones Mata Rangi (‘ojos del paraíso’), que duraron el tiempo que aguantaron las naves sobre el agua. La primera (1996), en la que Paulino Esteban empleó 10.000 amarres de totora del volcán Rano-Raraku, partió de la isla de Pascua y nunca llegó a la Polinesia. Sólo aguantó 23 días ya que los juncos se pudrieron, la barca se partió en dos y los tripulantes estuvieron varios días a la deriva. El reloj de emergencias del explorador español, que emitió una señal de auxilio vía satélite, les salvó la vida. La segunda (1999) zarpó del puerto de Arica (Chile) y alcanzó felizmente las islas Marquesas. Los Esteban seleccionaron, de entre las mejores cosechas de totora, 600 rollos trenzados de 30 metros de largo y se las ingeniaron para hacer un casco más resistente. Una docena de artesanos aimaras colaboró durante meses en la construcción de la nave de 25 metros de eslora, seis de manga y 4,5 de altura, con un peso de 20 toneladas. En sus mástiles ondeaban las banderas de Bolivia, Chile, Perú y España, de la Casa Real Española y las seis banderas del programa de la Paz de la UNESCO. La embarcación recorrió casi 10.000 kilómetros impulsada por los vientos alisios, aunque no se vio cumplido el sueño de culminar la travesía en el puerto de Yokohama (Japón) debido a una nueva adversidad: una plaga del molusco Teredo Navalis, que se comió las cuerdas. La última expedición Mata Rangi, en 2000, que prometía surcar el Atlántico, salió de Barcelona, navegó por la costa mediterránea española y llegó a Marruecos. El objetivo era arribar a América: ocho meses después la embarcación quedó varada en el archipiélago de Cabo Verde (…)».

Estos días he encontrado en Youtube un vídeo que me ha traído al presente aquellos instantes en Huatajuata junto a los Esteban. Y os dejo el enlace para que conozcáis al patriarca de la familia, Paulino Esteban, con su poncho y su eterna afabilidad.

La heroicidad del silencio en ‘Amarás América’. Por Blanca Pérez de Tudela (Trabajo para la UMU de una futura periodista)

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Hace unos días recibí un correo electrónico de una joven estudiante de Periodismo en la Universidad de Murcia (UMU): Blanca Pérez de Tudela. La conocí este verano en ‘La Verdad’, donde estuvo realizando prácticas durante los meses de julio, agosto y septiembre. Trabajamos codo a codo esos días resguardados de la canícula estival en la Redacción, donde todo el año se siente un frío polar, y tuvimos ocasión de hablar de nuestros gustos y preferencias literarias. Blanca pertenece a La Molineta Literaria, foro de tertulias de Molina de Segura impulsado por escritores como Manuel Moyano y Paco López Mengual. También tiene un blog, y suele publicar artículos para la revista digital ‘C’mon Murcia!’ (http://cmon.fcdmurcia.es/author/perezdetudela/), blog creado por alumnos de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia.

Y mi sorpresa, ¡qué alegría más grande!, ha sido doble. Por un lado, me agradó de veras conocer que había leído con mucho interés ‘Amarás América’. Y en segundo lugar me ha dejado sin palabras saber que ha realizado un trabajo de 20 páginas sobre el libro, algo que uno nunca espera y que agradezco sinceramente, para la asignatura de Reporterismo que imparte Felipe Julián Hernández Lorca (Molina de Segura, 1945), profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia.

Gracias, Blanca, por el interés en conocer más a fondo este proyecto y por haber creído que ‘Amarás América’ reúne las condiciones para ser objeto de estudio. A continuación, quiero compartir con vosotros parte de este trabajo, que es mucho más extenso. He seleccionado el análisis que ha realizado, donde Blanca desvela su insondable capacidad para leer entre líneas y extraer, como una hábil recolectora de ideas, el trigo de la paja.

Toda la suerte del mundo para ti, escojas el camino que escojas.

Manuel Madrid / Noviembre 2014

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ANÁLISIS DE ‘AMARÁS AMÉRICA’

LA HEROICIDAD DEL SILENCIO. Por Blanca Pérez de Tudela (UMU)

Blanca Pérez de Tudela con un ejemplar de 'Amarás América'

Blanca Pérez de Tudela con un ejemplar de ‘Amarás América’

Las páginas de ‘Amarás América’ aúllan. Manuel Madrid, un periodista en el sentido más fiel de esta palabra, emite quejidos inconfundibles. Camila Coimbra, Jussara Robertina, doña Panchita, Rondinho… Sus lamentos nos acompañan a lo largo del camino de esta lectura, y sus gritos de socorro nos arrastran hasta una América Latina que esconde en sus entrañas mucho más de lo que muestra en su superficie. De la mano de unos personajes en permanente huida que pretenden dejar atrás enemigos visibles e invisibles, pero que realmente de lo que escapan desesperados es de sí mismos, Madrid nos acerca a las realidades de tres países latinoamericanos: México, Brasil y Bolivia.

Asegura el autor que este libro es “un homenaje a toda esa gente que lucha por sobrevivir y por vivir de una manera más digna”. No yerra al ver ‘Amarás América’ como una ofrenda a estos pueblos que retrata a través de su observación despierta. La mirada es, sin duda, una de las herramientas más importantes de un periodista y los ojos verdosos de Manuel tienen la agudeza y el brillo de un buen informador. Mira no sólo como un periodista, un analista y un sociólogo. Con su vista es capaz de trasladarnos y analizar los melodramas interconectados entre tres países latinoamericanos, aportando siempre ese atisbo de esperanza que cabe en la fe de creer en el cambio y en la mejora personal. Aprendemos en estos viajes que el destino está dentro de uno mismo, aunque para llegar tengamos que rebasar las muchas trabas que encontramos fuera.

Todo el que haya leído a Manuel Madrid en la cotidianidad de la actualidad murciana que nos ofrece a través de las páginas del centenario periódico ‘La Verdad’ conoce en su pluma una sutileza acertada y ágil. En esta obra, además, Manuel nos da la excusa perfecta para confirmar su calidad narrativa. Su relato es ameno y cercano, sencillo, llano, pero al mismo tiempo cuenta en sus párrafos con la belleza del estilo literario, llegando en muchas de sus descripciones a elaborar poesía en prosa.

La narración de este libro es también una buena jugada del autor. Atrapa al lector a base de historias con un alto interés humano y las contextualiza trasladándonos hasta la historia de sus pueblos. Manuel hace en estas casi 400 páginas una excelente elaboración de síntesis histórica, y logra recoger interesantes partes de las memorias de tres países ricos en tradiciones, leyendas, y realidades pasadas cautivadoras.

No olvida tampoco la riqueza del patrimonio de estos países. Pone al lector la miel en los labios dibujando en su imaginación paisajes hermosos, edificios impactantes, poblados amables,… que sin duda abren el apetito del que está tras las páginas, despertando en él un interés por viajar y conocer en primera persona esos lugares que está descubriendo a través de las páginas de un libro.

Personajes como Celina Valadez, la hermana Luz o Neuza encarnan, parafraseando al propio autor, la “heroicidad del silencio”. Es necesario que gran parte de la escena narrativa del libro esté dedicada a personalidades cándidas, comprometidas, activas y francas, pues a través de ellas el autor consigue mostrar el importante papel que juegan las ONG en estos países. El rol de estas organizaciones es, además, fácilmente trasladable a realidades más cercanas al lector lo que le ayuda a empatizar con los personajes de la obra. No sé si cuando se lee ‘Amarás América’ se aprende a querer a este continente, al fin y al cabo ‘amar’, y sobre todo, hacerlo bien, siempre ha sido un ejercicio complicado para el ser humano. A lo que sí nos enseña Manuel Madrid en esta lectura es a interesarnos por la sustantividad de muchas personas, de muchos ‘héroes de lo cotidiano’ y supervivientes de barriadas empobrecidas y desgraciadas. Logra, pues, a través de un excelente ejercicio periodístico, fortalecer sociedades e hinchar corazones.

 

México lindo y que(he)rido (Ahora y en la hora de nuestra muerte…)

Altar de muertos dedicado a Cantinflas. Museo Ramón Gaya (Murcia, España). 01/11/2014

Altar de muertos dedicado a Cantinflas. Museo Ramón Gaya (Murcia). 01/11/2014 Fotografía: Manuel Madrid

México es un país de tradiciones misteriosas, y hoy, 2 de noviembre, es el Día de los Muertos, una jornada dedicada a honrar a los que una vez estuvieron vivos y que hoy son pura calavera, puro recuerdo. La muerte para los mexicanos no es el final de nada, sino el inicio de un nuevo ciclo. La rueda de la vida gira, y la muerte es un paso más. Tras la luna vendrá el sol. La oscuridad dejará paso a la claridad. La muerte será también vida eterna… En los altares de difuntos encontramos fotografías de aquel ser amado que nos dejó plantados un día, y elementos indesligables de la gastronomía mexicana, como el maíz y el fríjol, botellas de tequila y cerveza, refrescos, panes, objetos de cerámica y las curiosas «catrinas», mujeres de la alta sociedad, que emulan al personaje de Catrina del Monumento a la Revolución, obra del grabador y caricaturista José Guadalupe Posada.

Cartel de una exposición en Chicago dedicada a Posada y su personaje de Catrina

Cartel de una exposición en Chicago dedicada a Posada y su personaje de Catrina

En este día muchos mexicanos se disfrazan de «catrinas», y ayer en el Catrina Fest se batió un Récord Guinness en la Delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, con 509 personas caracterizadas a la manera de la Catrina original, con dibujo de corazón, telaraña o flor en la frente y barbilla, vestido de gala, sombrero de ala ancha, y estola de plumas. Para los mexicanos es una burla hacia las élites, pues en el fondo, lo sabemos, la muerte nos hermana, y, ricos o pobres, al morir todos vamos a ser iguales. Esta tradición no tiene nada que ver con una burla a la muerte, pues todos lloramos cuando nos pega, pero sí es una manera de reafirmar una tétrica tradición y preservarla, generación tras generación. El Nobel de Literatura Octavio Paz captó perfectamente el alma de su pueblo, y en ‘Amarás América (Viaje a las intimidades de México, Brasil y Bolivia)’ recuerdo una de sus reflexiones, que pueden releer en el ensayo ‘Máscaras mexicanas’, dentro de la colección ‘El peregrino en su patria’. Decía así:

«(…) Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. Tan celoso de su intimidad como de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de esas almas cargadas de electricidad. Atraviesa la vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras (…)»

Altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia, realizado por mexicanos residentes en Murcia. A izquierda y derecha, obras del genial pintor murciano que se exilió a México en 1939, al poco de acabar la Guerra Civil española. 01/11/2014

Altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia, realizado por mexicanos residentes en Murcia. A izquierda y derecha, obras del genial pintor murciano que se exilió a México en 1939, al poco de acabar la Guerra Civil española. 01/11/2014

En esta entrada aprovecho para felicitar a todos los mexicanos por perpetuar esta tradición de venerar a sus muertos, con esa maravillosa creatividad con la que acostumbran a sorprendernos. Y quería citar que en el Museo Ramón Gaya de Murcia, donde se recuerda la obra y la vida de nuestro pintor, cuya relación con México se remonta a 1939, cuando llegó al puerto de Veracruz como uno de tantos «intelectuales de fuste» que acogió México tras la Guerra Civil española, todos los años se rememora esta tradición de los altares de muertos. En esta ocasión, los residentes mexicanos en Murcia han recordado la figura del actor Mario Moreno ‘Cantinflas’ (Ciudad de México, 1911-1993), quien elevó a categoría de verbo hablar «de forma disparatada e incongruente sin decir nada», como dice la Real Academia Española de la Lengua del verbo cantinflear. ‘Cantinflas’, «el mejor cómico del mundo», según Chaplin, tuvo la virtud de hacer reír con su palabreo sin sentido en actuaciones imborrables en películas como ‘Gran Hotel’ (1944), ‘Un día con el diablo’ (1945), ‘El señor fotógrafo’ (1952), ‘La vuelta al mundo en 80 días’ (1956), ‘El analfabeto’ (1961), ‘El padrecito’ (1964), ‘Su excelencia’ (1967) y ‘Si yo fuera diputado’ (1951), donde daba vida al histriónico barbero Sevilla que practicaba el ondulado a las señoras, que cambiaba toallas cada tres clientes y tenía champú para los greñudos y boinas para calvos como el pobre Remigio, al que casi degüella desencañonándole la barba con una navajita de afeitar.

Autores del altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia. 01/11/2014

Autores del altar de muertos del Museo Ramón Gaya de Murcia (España). 01/11/2014

Felicitaciones al Museo Ramón Gaya por este bonito tributo a uno de los artistas mexicanos más universales, y a sus autores, miembros de la comunidad mexicana en Murcia, por ligar su cultura a la nuestra, y por mostrarnos todo lo rico y todo lo bueno que ofrece México, un país de miedo. Versionando la canción, México, lindo y que(he)rido…

Manuel Madrid                                                                                                                      2 de noviembre de 2014

El 27 de octubre tienes una cita con ‘Amáras América’ en la Biblioteca Río Segura de Murcia

Compartimos hoy con vosotros la información que ofrece la Biblioteca Río Segura de Murcia sobre el Club de Lectura ‘Amarás América’, que tendrá lugar el 27 de octubre. Solo tienes que dirigirte al centro, inscribirte, y podrás tener en tus manos un ejemplar del libro. Te esperamos para comentar los pasajes más interesantes y los intríngulis de este proyecto personal de Educación para la Comunicación del periodista Manuel Madrid.

CLUB DE LECTURA ‘AMARÁS AMÉRICA’                                                               

(Viaje a las intimidades de México, Brasil y Bolivia).

Murcia casco: Río Segura

Fecha: 27-oct-2014

Portada de 'Amarás América', un diseño de David Brugarolas

Portada de ‘Amarás América’, un diseño de David Brugarolas

Amarás América de Manuel Madrid

https://amarasamerica.wordpress.com/

Destinatarios Juvenil y adultos

Asistencia Libre, previa inscripción

Horario 20.00 horas.

Dirección: C/ Cartagena, 74, Módulo 2 30002 Murcia (Murcia)
Tel.: +34 968 351 550
Fax: +34 968 358 371
Correo-e: riosegura.rmbm@ayto-murcia.es riosegura-info1.rmbm@ayto-murcia.es (Información & Préstamo) riosegura-info2.rmbm@ayto-murcia.es (Información & Préstamo) riosegura-pt.rmbm@ayto-murcia.es (Colección · Proceso Técnico)

Los clubes de lectura son grupos de personas que leen al mismo tiempo un libro. Cada uno lo hace en su casa pero una vez al mes, en un día y a una hora fijos, se reúnen para comentar el libro elegido. En las reuniones se debate sobre lo que se ha leído en casa: el estilo literario, la acción misma, los personajes… y es bastante frecuente derivar desde el libro a las experiencias personales de los miembros del club.

La elección de los títulos, los días y el horario surge del acuerdo entre los lectores, los bibliotecarios y los moderadores (Ángel Salcedo y Carlos Gironés).

Ahora están en funcionamiento 13 clubes de lectura en 12 bibliotecas de la Red: El Carmen * Escritor José Saramago (La Fama) * Río Segura (Cuartel de Artillería) * San Basilio * Biblioteca de Beniaján * Biblioteca de Cabezo de Torres * Biblioteca Pelagio Ferrer de El Palmar * Biblioteca de Javalí Nuevo * Biblioteca de La Alberca * Biblioteca de La Ñora * Biblioteca de Puente Tocinos * Biblioteca de Sangonera La Verde

Canciones para leer y disfrutar de ‘Amarás América’. MÉXICO VOL. 1

Chavela Vargas, en Madrid, en un recital en los años 70. Foto: EFE

Chavela Vargas, en Madrid, en un recital en los años 70. Foto: EFE

En próximas entradas voy a recomendaros algunas músicas que pueden acompañaros en la lectura de ‘Amarás América’. Todas ellas son canciones de las que hablo en las tres partes del libro: ‘El abismo chilango’, sobre la realidad de las colonias más depauperadas y violentas de la Ciudad de México; ‘La curva de los pirilampos’, relato sobre la lucha encarnizada contra las drogadicciones en la ciudad de Volta Redonda, en el estado de Río de Janeiro (Brasil), y ‘El beso de la Pachamama’, radiografía de la Bolivia indígena a través de las poblaciones aimaras de La Paz, El Alto y Jesús de Machaca.

‘Amarás América’ es un trabajo realizado a lo largo de varios años dentro de un proyecto personal de educación para la comunicación y condensa en casi 400 páginas la labor de voluntariado y cooperación que realicé en tres organizaciones sociales de México (Dinamismo Juvenil), Brasil (IDEAIS-Instituto de Desarrollo, Estudios, Acciones e Implementaciones Sociales) y Bolivia (Fundación Machaqa Amawt’a). Es una aproximación a América a través de los hombres y mujeres que me acompañaron en aquel periplo americano en el que la realidad aparece como una escuela de vida. Es un libro para descubrir una América donde las individualidades no triunfan, donde el trabajo comunitario es la base para el desarrollo positivo de las nuevas generaciones. La historia, la cultura y la naturaleza de los pueblos condiciona su manera de vivir y ‘Amarás América’ es, además de un homenaje a gente corriente, una manera de constatar que las sociedades latinoamericanas tienen mucho que aportar al mundo. El mundo debe conocer qué ocurre allá donde la gente ama y sufre en valles, ríos, pampas y montañas. La piel del indio te enseñará todas las sendas que habrás de andar…

Por supuesto, que esperamos tus aportaciones al disco imaginario de ‘Amarás América’: amarasamerica@gmail.com

AMARÁS AMÉRICA SOUNDTRACK. VOL 1 (MÉXICO)

1. ‘Delfino el asesino’, de Sekta Core.

2. ‘Camelia, la tejana’, de Los Tigres del Norte.

3. ‘Gimme the power’, de Molotov.

4. ‘La paloma’, de Sebastián de Yradier y Salaverri, en ‘Juárez’ (1939).

5. ‘The floating bed’, de Elliot Goldenthal. BSO ‘Frida’.

6. ‘Chilanga banda’, de Café Tacvba.

7. ‘Las golondrinas’, por Pedro Infante.

8. ‘La gata bajo la lluvia’, de Rocío Dúrcal.

9. ‘Que te vaya bonito’, por Chavela Vargas.

10. ‘Rata de dos patas’, de Paquita la del Barrio.

‘Amarás América’ en Buenos Aires (1). Velada literaria con sabores de Maracaibo en la casa-librería alternativa de Adriana y Kristian

Comensales en la cena literaria de Cristian y Adriana, a través de CookApp. Buenos Aires, julio 2014.

Foto de familia de los comensales en la cena literaria de Kristian y Adriana, a través de CookApp. Palermo (Buenos Aires, Argentina). Julio 2014.

Tuve la oportunidad de conocer hace unas semanas en Buenos Aires (Argentina) a una pareja de periodistas venezolanos que ha puesto en marcha una iniciativa muy interesante: cenas literarias en su domicilio. Son Adriana y Kristian, excelentes anfitriones, que abren cada fin de semana las puertas de su casa para encuentros entre desconocidos con la excusa de compartir conversaciones sobre lo humano y lo divino con el regusto de un menú con sabor a su Maracaibo natal.

Para mí fue una sorpresa aquel encuentro nocturno en Parlemo, para mí fortuito, aunque estaba perfectamente planificado con antelación desde España. Pensaba que iba a una cena más, a un restaurante con cierto encanto, pero no tenía ni idea de lo que iba a pasar. Nos dirigimos en taxi hasta la avenida Santa Fe, e hicimos tiempo hasta localizar el portal. Apretamos el botón de un octavo piso, y nos presentamos. Enseguida apareció un chico con una sonrisa sin fin, Kristian, con mandil y todo. Nos presentamos, subimos apretados en un ascensor y aparecimos en una casa normal, sin nada relevante, salvo que en el comedor nos esperaba una mesa para 10 personas, y una librería de fondo con multitud de novedades editoriales argentinas y uruguayas. Un gato negro de verdad, sigiloso como el yacareté, el jaguar de la selva misionera del que tanto nos habló Horario Quiroga, cuidaba de todo ese compendio de saberes impreso. Adriana nos contó que la casa está abierta a la compra y lectura de libros; es una de esas «librerías de adentro» de la ciudad de Buenos Aires, un modelo original de venta directa a los clientes, con el apoyo amplificado de la promoción en las redes sociales.

Adriana y Cristian, con un ejemplar de Amarás América. Buenos Aires, julio 2014.

Adriana y Cristian, con un ejemplar de Amarás América. Buenos Aires, julio 2014.

Pronto sonó el timbre y fueron entrando nuevos comensales. Tres señoras encantadoras compañeras de «bridge» (juego de cartas con baraja inglesa), un matrimonio en terapia y dos compañeras de trabajo integrantes de un coro. El secreto ya se había roto, y me encontraba en una de las cenas-literarias que ofrecen Adriana y Kristian a través de la aplicación CookApp (Meet & Eat). Normalmente suelen invitar a un autor cada semana, para que los comensales compartan mesa y mantel con él y comenten conjuntamente su obra. Esta ocasión no había autor, hasta que Joselito, mi compañero del alma, desveló a los presentes que este año 2014 había publicado un libro de crónicas viajeras, ‘Amarás América’, y extrajo de su mochila un ejemplar. «Como ya tenemos», como dijo Adriana, «al autor con nosotros, algo que no esperábamos, pues la cena ya ahorita puede comenzar». Y empezó así una velada muy divertida, emocionante para mí, en la que tuve ocasión de desvelar algunas de esas intimidades de México, Brasil y Bolivia de las que hablo en este libro. El menú que sirvieron fue realmente manjar de dioses. Comenzamos con arepitas con pollo al jengibre, e incluso quien quiso pudo repetir. Las arepas son un platillo muy común en Venezuela: es una masa de maíz que puede cocinarse horneada, frita o a la parrilla, y que suele llevar relleno. Una tapa suavecita para entrar en calor mientras subíamos imaginariamente por las calles de La Pastora en México…

Pero estábamos en Buenos Aires, y después de las arepitas nos presentaron plátano maduro horneado con queso, sencillísimo y tan estimulante… El plato estrella de la noche fue una carne mechada (desmenuzada a mano, deliciosa y reparadora) con arroz blanco y verduritas al vapor. Y, por último, un flan con dulce de piña servido en una copa. Todo ello regado con vino argentino. Para mí fue una oportunidad impagable de hablar de ‘Amarás América’ a gente de Sudamérica que igual que en Europa también sienten como muy lejanas algunas de las historias que cuento sobre los cerros de la Sierra de Guadalupe, sobre los comunarios de las aldeas del Altiplano boliviano, o sobre la lucha contra la desintoxicación de la generación más joven de Brasil. Adriana leyó, con su acento tan cantarín, el comienzo de las tres partes del libro: un fragmento de ‘El abismo chilango’ (México), de ‘La curva de los pirilampos’ (Brasil) y de ‘El beso de la Pachamama’ (Bolivia). Quiero agradecerles a todos tan buena acogida y tantísimas muestras de afecto durante nuestro encuentro gastronómico que tuvo como aliciente descubrir otros lugares de América con sabor y aroma venezolanos.

La librería alternativa de Adriana, ‘La vaca mariposa’, ofrece en exclusiva ‘Amarás América’ para Argentina a través de su web http://lavacamariposalibros.com/ Aquí tienes el enlace del libro: http://lavacamariposalibros.com/2014/08/05/amaras-america-viaje-a-las-intimidades-de-mexico-brasil-y-bolivia/ También están presentes en Facebook (https://www.facebook.com/vacamariposalibros).

¡¡¡¡GRACIAS AMIGOS VENEZOLANOS Y ARGENTINOS!!!!

María Acho: los generosos silencios de una comunicadora social que promueve el multilingüismo en Bolivia

Rosemary y María Acho, en el restaurante 'Cal y canto', en La Paz. 2008

Rosemary y María Acho, en el restaurante ‘Cal y canto’, en La Paz. 2008

Está a punto de finalizar este julio reseco y ventoso -¡es maravilloso ver cuán alto y frondoso es capaz de crecer un maizal en la huerta de Murcia!- hoy he recordado a María Acho. Ha sido un momento placentero, porque María siempre fue un gran apoyo para los voluntarios internacionales que han visitado Bolivia. En mi caso, como no podía ser menos, he dedicado un capítulo de ‘Amarás América’ -en la tercera parte, en ‘El beso de la Pachamama’- a su labor. Recientemente, allá por primeros de año, visitó España, y disfrutó en Murcia de nuestro invierno, tan risueña, comedida e inteligente, pues los inviernos andinos, rodeados de nevados míticos como el Illimani y el Sajama, poco tienen que ver con los nuestros…

María era, y sigue siéndolo, afortunadamente, la responsable del área de Comunicación Social de la Fundación Machaqa Amawt’a, una figura capital para difundir el trabajo que realizaban todos los equipos de la hermana Luz en pro de la educación en el altiplano boliviano. Cuando Gloria y un servidor visitamos Bolivia en 2008 María coordinaba dos publicaciones anuales de más de cien páginas, con tamaño «de medio oficio», como un folio A-4, y tapas de papel de color: ‘Machaq Amuyt’Awi’ (‘Nuevo Pensamiento’), considerada la primera revista de educación alternativa en Bolivia, era el altavoz del Centro de Educación Técnica, Humanística y Agropecuaria de Corpa y llevaba 30 años imprimiéndose y provocando el dialogo y la reflexión en torno a la educación con identidad cultural; y ‘Thakhi’ (‘Camino’), que nació en 2006 con el apoyo de la Comisión Episcopal de Educación para promocionar las actividades que organizaba el Centro de Apoyo Educativo Machaqa para afrontar los desafíos del presente y del futuro en la región de Jesús de Machaca. María organizaba los contenidos de cada número, recordaba a los colaboradores la fecha de entrega de los trabajos, seleccionaba y revisaba los textos, realizaba y retocaba las fotografías que ilustraban los artículos, escogía titulares y sumarios y era quien batallaba en la imprenta para que todo apareciera perfectamente maquetado y en su sitio.

Teo, Mamá Acho y Leo, en la 'rutucha' (rito de entrada a una comunidad) de Raissa, en nuestro pisito de La Paz. 2008

Teo, Mamá Acho y Leo, en la ‘rutucha’ (rito de entrada a una comunidad) de Raissa, en nuestro pisito de La Paz. 2008

Una labor silenciosa que apenas tenía reconocimientos. «Hacer cada revista es como un parto», confesaba María. «Todos nuestros técnicos en los proyectos son aimaras y tienen muchas dificultades para escribir en castellano, así que es todo un logro que salga cada número. Por eso cada vez que se publican las challamos con alcoholcito para que sirvan y den nuevos frutos». En las miles de páginas que se habían publicado desde 1978, ‘Machaq Amuyt’qwi’ había contado prácticamente la historia de Machaca de las últimas tres décadas, tratando de recoger sus preocupaciones y aportar soluciones a sus conflictos cotidianos, infundiendo ánimo a la población y corroborando que la educación y la organización de los pueblos indígenas son los mejores aliados para su supervivencia. En el proceso de creación de estas publicaciones colaboraban los facilitadores y responsables de los programas de los centros educativos, que pormenorizaban las actividades, metodologías, resultados, logros y dificultades encontradas en sus trabajos. De igual modo, a los participantes en los talleres de formación, capacitación, ferias educativas, agropecuarias, campañas de sanidad animal, etc, se les ofrecía esta ventana abierta al mundo para expresar en voz alta su opinión sobre los asuntos que les preocupaban en su día a día. «Hemos rescatado valores de la cultura aimara, hemos teorizado sobre experiencias, hemos contado cómo se alfabetizan las machaqueñas, cómo se organizan los agropecuarios, cómo se crean y gestionan microempresas artesanales, hemos aprendido poemas, canciones e historias que contaban nuestros antepasados, hemos constatado la existencia de un medio rural con futuro, hemos hecho campaña para la educación cívica y ciudadana, hemos alertado sobre enfermedades infecciosas y parasitarias en nuestros cultivos, hemos apostado por implicar a los machaqueños en la gestión de sus comunidades indígenas, hemos promovido el bilingüismo y la autogestión forestal en los lugares más apartados, hemos orientado a nuestros bachilleres y popularizado las nuevas tecnologías en las áreas rurales y, lo más importante, hemos dado alternativas. Y esto no queda aquí porque vamos a seguir forjando nuevos rumbos y caminando juntos…».

España, 2014.

‘Amarás América’. Viaje a las intimidades de México, Brasil y Bolivia. Disponible en http://www.amazon.es

Como ven, su labor ha sido fundamental para la recuperación y fortalecimiento de los saberes autóctonos de las comunidades indígenas de Bolivia, y por ello en ‘Amarás América’ he querido también que su figura sea de público conocimiento. Así la describo en ‘Los querubines negros del molocotongo’, el último capítulo del libro, en el que narro cómo challamos la casa de La Paz y cómo fue el rito iniciático para dar la bienvenida a la comunidad aimara a Raissa, una nueva integrante. Muchas gracias, María, por seguir pensando en nosotros desde tan lejos…

«María Acho Márquez, la hija de doña Eusebia o ‘Mama Acho’, como la llamaban cuando había que dejar clara su autoridad, había aprendido de su madre una cosa: decir la palabra exacta en el momento oportuno. No era una mujer de arengas facilonas, ni estaba ilusionada por sobresalir en nada, ni siquiera se planteaba la posibilidad de formar una familia numerosa con su Goni, que por entonces se encontraba en Canadá perfeccionando su inglés como le exigía su nueva responsabilidad como alto directivo de otra fundación. Aunque abominara ser considerada una estrella, tenía algo que la convertía en un ser único que reinaba por encima de los demás. Tal vez ese algo que percibimos fueron sus generosos silencios, su agudeza para conciliar, sus ganas de ir más allá de las formalidades, su manera de mostrarse franca, sin recovecos, su transparencia y espontaneidad. Treintañera, dotada de hermosura, coqueta pero sin estridencias, siempre hecha un pincel. Una melena lisa y peinada, piel morena e hidratada; una sonrisa cinematográfica y una delicadeza en los gestos fuera de lo normal. En apariencia, frágil, más por fuera que por dentro. Era una mujer con grandes dilemas interiores y tenía un gran don para disimularlos».