‘Amarás América’: un libro con alma (Por Teresa Martín)

En esta entrada podéis leer la presentación de ‘Amarás América’ que realizó en el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia la jefa de servicio de Programas de Jóvenes Europeos en el Ayuntamiento de Murcia, Teresa Martín Melgarejo, a la que muchos conocen por el sobrenombre de Matete y que también es una excelente reportera y fotoperiodista (ahí está su proyecto sobre la comunidad musulmana de Murcia y su reciente exposición ‘Mi vecina Taymia’). Por tanto tiempo compartido en familia, por tantos buenos momentos y por tanta confianza siempre en mí quiero darte las gracias, Matete. Tus palabras me siguen emocionando y me animan a seguir creyendo que aprender viajando es una estupenda forma de pasar esta vida y de estar en el mundo.

Matete fue quien me empujó a salir del cascarón y me presentó a sus amigos americanos. Ella conoció antes que yo a Celina Valadez, a Alessandra dos Santos Francisco, a Leonor García Clemares… personas vinculadas a las organizaciones a las que ofrecí mi tiempo como voluntario y cooperante en México, Brasil y Bolivia. Lo hice ciegamente, sin pensar las consecuencias, y nunca me he arrepentido de seguir sus consejos y abrirme al mundo latinoamericano de esta manera. ¡¡¡¡Gracias Matete!!!! Porque tu punto de vista es siempre interesante, aunque sigas siendo una incauta…

Foto: Gloria Nicolás

Foto: Gloria Nicolás

‘AMARÁS AMÉRICA’: UN LIBRO CON ALMA

Por Teresa Martín Melgarejo

Manuel Madrid me hace responsable del empujón que, según escribe, le hizo falta para ir a América. Estoy segura de que ustedes, por muy poco que conozcan a Manuel, no han podido creer en ningún momento que necesite que alguien le empuje para hacer un reportaje, para ejercer la solidaridad o para tomar partido hasta mancharse por defender que en el ejercicio del periodismo debe prevalecer el componente ético, de implicación social y de voluntad de transformación.

El resultado de ese viaje americano es este libro, ejemplo perfecto de cómo deben mezclarse información, pedagogía, filosofía e historia y que  debería entregarse a los alumnos de periodismo nada más traspasar el umbral de la facultad. Este es un libro de reportajes, de entrevistas, de semblanzas, de lecciones de periodismo y de fotoperiodismo, pero sobre todo es un libro que trata de esperanza y de dignidad y que sólo podía escribir Manuel porque como decía Kapuscinski:

«Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino»

También, y espero que lo tengan muy en cuenta, es un manual para todos nosotros, es un manual de vida para estos tiempos de crisis….un manual del «¡Sí se puede!».

Lo cierto es que simplemente le conté historias de mujeres, de jóvenes que navegaban con la esperanza en un continente de tremendas desigualdades, de múltiples culturas y mezclas, de proyectos participativos y organizaciones sociales que luchan  por proporcionar a jóvenes y niños herramientas, habilidades y conocimientos desde el cariño y el respeto y, sobre todo, con las armas de la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire que concibe la educación como un arte capaz de respetar los sueños y los miedos del alumnado. Voluntarios y cooperantes que tienen como máxima aprender de todos, convivir y compartir experiencias nunca enseñar, porque como bien escribe Manuel, «esto podía resultar una nueva imposición y resucitar épocas ominosas…».

Pepe Martínez y Matete con su cámara en ristre en Mazarrón (2012)

Pepe Martínez y Matete con su cámara en ristre en Mazarrón (2012)

Le hablé de los movimientos sociales, participativos, de base que buscaban grandes transformaciones con pequeñas intervenciones..que han parado privatizaciones de agua, de electricidad que han empoderado a cada una de las personas que forman parte de ellos. Y le hablé de esa América de las personas, que me emociona , de esa alegría, de esa felicidad que te comparten aunque en «su corazón está escrito todo lo que les han humillado y lastimado» y en la esperanza de convencer a Manuel de que era importante que compartiera su experiencia como periodista a esos chavos y chavas para que entendieran el poder de los medios de comunicación, que los instruyera en su uso. Me escuchó como sabéis que él escucha y no hizo falta empujarlo… Se ilusionó, ya sabéis que estamos con un periodista arriesgado, audaz, un curioso insaciable… Y estuvo dispuesto a «gastar» su tiempo en compartir y aprender… y cruzó el océano tres veces con la intención de ser un voluntario más para echar una mano en Educomunicación en tres proyectos cuyo principal objetivo es empoderar a las personas, y no soltarles de la mano hasta ver que caminan solos.

Y recorrió Ciudad de México, Brasil y Bolivia analizando los hechos y las personas, colaborando con Dinamismo Juvenil, dedicada a forjar jóvenes y adolescentes sanos y líderes en los cerros de la Ciudad de México, donde las ilusiones de una vida en paz se desvanecen en cada esquina; IDEAIS, volcada con la prevención y tratamiento de adicciones en Volta Redonda, ciudad industrial del estado de Río de Janeiro con una altísima tasa de desempleo, y la Fundación Machaqa Amawt’a, dedicada al fortalecimiento y recuperación de saberes originarios de las comunidades indígenas de Bolivia… y nos lo ha contado en casi 400 paginas para que sintamos que el mundo es igual de ancho, pero mucho menos ajeno.

Un libro basado en la máxima de que «no se puede escribir de alguien con quien no has compartido como mínimo algún momento de su vida».

El pintor mexicano Diego Rivera en plena inspiración.  https://www.flickr.com/photos/laexpropiacion/

El pintor mexicano Diego Rivera en plena inspiración. https://www.flickr.com/photos/laexpropiacion/

Y hay algo mágico en él y que me gustaría resaltar: es un libro sobre personas que se han conocido durante un brevísimo periodo de su vida y que no van a volverse a ver. Por tanto, el secreto de la cuestión está en la cantidad de cosas que estas personas son capaces de decirnos en un tiempo tan breve. El problema es que las personas, en un primer contacto, son generalmente muy calladas, no tienen ganas de hablar. Es una experiencia que todos compartimos: es necesario cierto tiempo para adaptarse al otro. ¡Pero esos escasos minutos a veces son los únicos que tenemos para hablar con una persona! ¿Cómo ha logrado Manuel darnos a conocer tanto? ¿Cómo ha logrado que contaran tanto en un tiempo tan escaso?

Seguramente la respuesta es como repetía la hermana Luz: «Sólo se descubre la cultura aimara a aquellas personas a las que se puede mirar a los ojos y verte reflejado en ellos».

Admito que hago alguna trampa, ya que conozco personalmente a muchas de las personas que salen en el libro pero les recomiendo que cuando lo lean quédense con «Las Igualenticas», con Gabo el historiador, con Luis Higinio Guerra, con Perla

Con los chavos de La Pastora que, como cualquier niño deseoso de aprender, tenían cerebro y corazón, pensaban y sentían y tenían carencias académicas;sus mayores necesidades estaban por lo general en lo anímico. Marceleine, en Brasil, con ese punto de locura y cordura imprescindible para plantarle cara a la vida. A los «pescadores de ilusiones» de IDEAIS y GAIA. Camila Coimbra, una artista y una muñeca rota. Doña Panchita en Bolivia, una mujer maltratada, discriminada, dolida y ahora líder de la comunidad que decidió no seguir el destino marcado y lucho por elegir otro. Don Hilarión Mamani, el “compañero cargador” de El Tejar, para el que todo es soportable en la vida con tal que su pequeña hija Rosa, secuestrada casi un año, vuelva a sonreír.

Manuel evitó los tópicos que atenazan a este continente, maltratado por la suerte y la historia, pero también pujante, joven y «luchón», y describe su cara oculta, esa que ha sido dibujada por la violencia, el dolor, la derrota y las luchas por el poder y lo ha hecho evitando los caminos oficiales: nada de embajadas, palacios, o ruedas de prensa por plasma y sin preguntas….

Son las vigorosas crónicas contemporáneas de un vagabundo plenamente consciente de que America son las personas que en ella viven…

“Porque nosotros nos vamos y nunca más regresamos, pero lo que escribimos sobre las personas se queda con ellas por el resto de su vida…”

FIN

P.D. Absolutamente conmovido, de nuevo, Matete, te doy las gracias. ¡¡¡¡Te quiero!!!!

Manuel Madrid

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