‘Amarás América’ en ‘A vivir Región de Murcia’ (Cadena Ser)

En los estudios de la Cadena Ser Murcia, en el programa 'A vivir que son dos días' 09/03/2014

Estudios de la Cadena Ser Murcia. Programa ‘A vivir que son dos días’ 09/03/2014

«Yo quería escribir el libro que me hubiera gustado leer antes de subir a los cerros de la Ciudad de México, antes de adentrarme en esos lugares de incendios y placeres de Río de Janeiro, antes de penetrar en los avisperos de Bolivia… Y, sobre todo, lo que quería hacer es un homenaje a todas esas personas que me cambiaron la vida, y que me contaron su historia, y que me dieron la mano para recorrer su mundo. Mi ilusión sería poder llevarles personalmente algún día este regalo de casi 400 páginas que durante tantos años he estado elaborando…».

Estas son algunas cosas que conté en esta entrevista que me realizó el periodista Paco Sánchez García (@fsanchezg1), conductor del programa ‘A vivir Región de Murcia’, en Radio Murcia-Cadena Ser. Me siento realmente afortunado por haber podido desvelar los entresijos de ‘Amarás América’ en un programa que forma parte de la banda sonora de mis domingos. Muchas gracias a todos mis compañeros de La Ser por tratarme tan bien y por dejarme explicar a esa legión de oyentes que os sigue cómo se gestó este proyecto de educación para la comunicación en México, Brasil y Bolivia.

Aquí os dejo el enlace donde podéis escuchar el programa tal y como se emitió el domingo 9 de marzo de 2014. «Volver atrás es una experiencia dolorosa casi siempre. Pero éste es un libro esperanzador, porque cuento historias de gente en lugares adversos, y con miles de dificultades donde la vida es prácticamente imposible, pero que a pesar de todo consiguen salir adelante…». ¡¡¡Muchas gracias, de nuevo, compañeros!!! La entrevista arranca en el minuto 10 y concluye en el minuto 30. ¡¡¡Que la disfrutéis!!!

http://www.ivoox.com/a-vivir-region-murcia-09-03-2014-audios-mp3_rf_2903745_1.html

Argentina en la memoria

Tono Calleja, Manuel Madrid, Victoria Galindo y Francisco Sánchez, en el Canal Beagle. Tierra de Fuego, Argentina. Agosto de 2004.

Tono Calleja, Manuel Madrid, Victoria Galindo y Francisco Sánchez, en el Canal Beagle. Tierra de Fuego, Argentina. Agosto de 2004.

Estoy infinitamente agradecido a Paco Sánchez, compañero periodista, con tantas jornadas a cuestas compartidas, y tantos grandes viajes en el recuerdo. Especialmente nos unió aquella expedición que organizamos en 2004 a Argentina, con Victoria Galindo, otra reportera infatigable que ha dado Molina de Segura, y Tono Calleja, el sabueso asturiano que entonces trabajaba con nosotros en La Opinión y al que acompañamos en la búsqueda de su locuaz familia porteña.

En este artículo publicado en El Pajarito, Paco nos descubre su rigurosa y recóndita memoria, repleta de nombres, historias y lugares que a mí me cuesta retener en ese interminable laberinto que es la cabeza de cada uno, y nos retrotrae a aquel mágico y sensacional verano de 2004 por tierras de fuego y hielo. ¡Mil gracias por tenerme tan presente en tus recuerdos y por tu generosidad!   

Cambalache Por Paco Sánchez (elpajarito.es)

En el corazón de Manuel y de América

(Publicado el jueves, 06 de Marzo de 2014)
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”. La frase se le atribuye al genial escritor uruguayo Mario Benedetti, pero yo le oí explicar a él mismo hace unos años en Murcia que era una frase que había visto escrita en un muro de una ciudad de América Latina. El miércoles pasado, el periodista Manuel Madrid contaba que tras la matanza de estudiantes, a manos del Ejército, en la plaza de Tlatelolco, en México DF, poco antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1968 en esa ciudad, un periódico nacional (el Excélsior) sacó al día siguiente su portada totalmente en negro y con la siguiente pregunta: “¿Por qué?”. Preguntas y preguntas, y de muchas de ellas nunca tendremos respuestas, bien porque no nos las quieren dar, porque no existen, porque nos resignamos a no recibirlas o porque faltan personas con arrojo para arrancarlas.
Manuel Madrid es uno de esos periodistas de raza que hacen falta en el mundo y que no se conforman con lo primero que ve o con lo que le cuentan. Además, es un periodista comprometido socialmente e insobornable. El miércoles presentó en Murcia su libro Amarás América, un viaje a las tinieblas e intimidades de México, Brasil y Bolivia, países en los que colaboró durante tres veranos con varias ONG con su proyecto personal de educomunicación. Es decir, enseñar a jóvenes y a mayores latinoamericanos, entre otras cosas, a hacer de periodistas, a no creerse todo lo que aparece en la prensa, en la radio, en la televisión y en internet y a analizar cómo funcionan los mecanismos de manipulación informativa.
Presentación de 'Amarás América' en el Centro Cultural Las Claras (Murcia)

Presentación de ‘Amarás América’ en el Centro Cultural Las Claras (Murcia). Foto: Gloria Nicolás

Como dice Manuel, su libro (se puede comprar en las librerías Diego Marín, Ramón Jiménez, González Palencia y El Corte Inglés), aparte de ser un homenaje a “esos héroes de lo cotidiano que caen y se levantan y luchan por mejorar el mundo” en Latinoamérica, es también un libro “sobre periodismo y sobre cómo el periodismo bien entendido ayuda a fortalecer las sociedades”. Un buen periodista como Manuel vive al máximo sus viajes y experiencias, pregunta sin descanso y se documenta hasta obtener respuestas. El fruto lo encontramos en Amarás América. Ahí tenemos lectura para rato y una ingente cantidad de vivencias y de datos que nos ayudarán a conocer mejor tres países latinoamericanos casi como si hubiésemos estado allí con el autor. “Las emociones se viven, se sienten, se reconocen, pero sólo una parte de ellas se puede expresar en palabras o conceptos”, afirma la escritora Laura Esquivel. Creo que Manuel ha conseguido vencer en cierto modo esos límites y ese es uno de sus grandes méritos.

Parque Nacional de los Glaciares. Bahía Onelli (El Calafate, Argentina). Agosto de 2004

Parque Nacional de los Glaciares. Bahía Onelli. El Calafate (Argentina), 2004.

Pero no me extraña. Yo mismo tuve la suerte de acompañarle, junto con los periodistas Tono Calleja y Victoria Galindo, en su primer viaje al continente americano en el verano de 2004. Allí compartimos unos días, gracias al empeño de Manuel, con el sacerdote murciano José Alarcón, e intentamos enseñar a los alumnos de varios colegios del estado de Corrientes todo lo que buenamente pudimos sobre el periodismo. Allí, camino de las cataratas de Iguazú, “aquellas jornadas entre sotanas y carpinchos por caminos de arcilla roja y plantaciones de mate, sustento espiritual de los indios guaraníes, encendieron mi curiosidad por este universo consonante al que encontraba en los libros de García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa. El recuerdo de aquella experiencia me motivó para volver a América Latina como reportero y cooperante”, cuenta en su libro.

Pero Manuel ya llevaba en su interior la semilla de su nuevo corazón latinoamericano y creo que siempre tuvo el espíritu indagador que se requiere de un buen periodista. Días antes de impartir nuestros talleres de periodismo en Corrientes estábamos en Ushuaia, la ciudad del fin del mundo, admirando su naturaleza indómita invernal, navegando por el canal Beagle y siguiendo la pista de la historia de Petiso Orejudo, asesino en serie de niños que fue encarcelado en la prisión de aquella ciudad, una de las más duras del planeta. Incluso contaban que los pocos que conseguían escapar acababan volviendo con el rabo entre las piernas suplicando regresar a su celda con tal de no morir de frío y de hambre.
Viqui, Tono y Paco lanzando pidras en el Lago Roca. Parque Nacional Tierra de Fuego. 2004.

Viqui, Tono y Paco lanzando piedras en el Lago Roca. Parque Nacional Tierra de Fuego. 2004.

Allí, en Tierra de Fuego, apenas quedan rastros de los antiguos aborígenes, aquellos que los españoles divisaron por primera vez desde sus barcos calentándose en tierra en torno a las fogatas, alrededor del fuego. Manuel se encabezonó en que deberíamos intentar localizar a algún descendiente de aquellos indios y tal fue su tozudez que acabamos encontrando una pista: “Si quieren saber algo pregunten por la señora Fique o la india Varela, son las únicas que les pueden contar algo”. Lamentablemente, luego nos enteramos de que la india había fallecido recientemente, pero localizamos la vivienda de la señora Fique. Una mujer joven nos abrió la puerta de la casa y al fondo pudimos ver a una anciana recostada en una mecedora. Tenía alzheimer y no recordaba nada.Pero lo intentamos. Manuel nos había contagiado las ansias de investigar y conocer de primera mano algo de la historia del fin del mundo. Por si todavía no lo teníamos suficientemente desarrollado, nos inoculó ese virus benigno en aquel viaje a aquellas tierras heladas y legendarias. Así es el autor de Amarás América y sólo por eso vale la pena leer su libro.

Al final acabamos recorriendo varias librerías de Ushuaia y ojeando libros sobre los yámanas y otros pueblos aborígenes. Por un momento, mi atención se centró en el que al final sería el último libro del escritor argentino Ernesto Sábato. España en los diarios de mi vejez (2004) estaba recién salido del horno. Cogí el libro, le di la vuelta y en la contraportada me encontré con la siguiente frase: «Quisiera morir como un hombre, como he vivido quisiera morir. Quisiera que estuvieran entonces junto a mí quienes me han amado. En la vida llevamos muchas máscaras. Cuando llegue ese día, esa hora, querría no ser engañado, entregarme o ser tomado por la muerte como he sido tomado por la vida”. Mi corazón respiró profundo. Hacía tiempo que no leía una frase tan hermosa. Miré a mis compañeros y sentí el irrefrenable impulso de compartir aquellas letras.
Ahora Manuel Madrid quiere compartir “este viaje por las tinieblas de México, Brasil y Bolivia que cambió mi vida. América, con su desbordante realidad, se instaló definitivamente en mi corazón. Y ahí continúa, palpitando como el primer día”. 
Versión íntegra en El Pajarito: http://elpajarito.es/opinion/357-cambalache/7436-en-el-corazon-de-manuel-y-de-america.html