
Pedro Soler, María Teresa Cervantes y Manuel Madrid, en la presentación de en Amarás América en Cartagena
En julio pasado, cuando nos conocimos para una entrevista para la sección ‘Estío a la murciana’ de La Verdad, me contó la poeta cartagenera María Teresa Cervantes que en la vida hay que procurar arrimarse a árboles que den sombra. Anoche, en el Centro Cultural de Cajamurcia en Cartagena, en la imponente ‘Casa Pedreño’, me acordaba de aquellas palabras cuando apareció en escena Pedro Soler, periodista murciano de altura, para presentar mi libro, ‘Amarás América’, que tantas satisfacciones me está produciendo y confío en que también para tantos lectores que así me lo están confiando. Me alegro por todos ellos, no desearía que este sueño mío se esfumara solo en mis noches de desasosiego. Estando al lado de María Teresa Cervantes, una mujer muy curiosa, de verbo selecto y memoria de las últimas ocho décadas, y de Pedro Soler, con sus tirantes, su sombrero en mano y esa barba ‘blanca-gris’ suya que tantos y tantos personajes y personas han saludado, sentí que aquellos dos árboles asombrosos eran poco menos que dos gigantescas higueras que nos daban cobijo a todos los que fuimos testigos de una noche de evocaciones y buenas vibraciones en nuestra ciudad trimilenaria de Cartagena. Me corresponde agradeceros a todos los que pasaron por allí su predisposición a escuchar estas historias mías, y ahora vuestras, de América.
Gracias a Joselito, por cazar las mariposas que vuelan en mi estómago; a mis padres, Maruja y Manolo, por hacerme tan corto el camino; a mi hermana Azucena, por colaborar en todo lo que le pido, y siempre con una elegancia y simpatía que me conmueven; a Matete, por tanto calor y tanta magia en todo lo que hace; a María Soler, excesiva en todas sus expresiones, incluida la de amiga y la de madre; a Ilka, que no pierde oportunidad de volver a recordarme los encantos de Río de Janeiro; a Sonsoles, por hacer que miremos ‘Al sur’ siempre; y a tantos amigos y compañeros de La Verdad, como Antonio López y José María Rodríguez, que no me dejaron solo en Cartagena.
¡¡¡¡GRACIAS INFINITAS!!!!
- Manuel dedicando un libro a Carmen Arcas y otros lectores en Cartagena
- Manuel y María Teresa Cervantes
Muchas gracias a ti… Siempre es un placer acompañarte en tu camino…
hasta la próxima!!! Besitossssss